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Cine de verano para todos los públicos

Con la llegada de la estación estival, en la gran mayoría de pueblos de cualquier provincia de España, uno de los entretenimientos rey es, sin duda, el cine de verano. Cualquier municipio que se precie busca un espacio más o menos amplio en cualquiera de las ubicaciones municipales al aire libre, y lo destina a realizar una de las actividades preferidas de la ciudadanía (bueno, quizá le ganaría el fútbol, pero eso es otra cuestión): visionar cine bajo el cielo nocturno del estío, tomando algún refresco y comiendo palomitas a granel, hummmm.

Claro que, tradicionalmente, estos cines de verano suelen tener una cartelera bastante particular, dirigida esencialmente al cine comercial y de familia, con lo que los verdaderos cinéfilos pueden llegar a quedar un poco decepcionados. Y no sólo los entendidos ni los aficionados a las obras de autor o de directores profundos y alternativos, sino también otros menos exclusivos para los contenidos pero que tampoco encuentran en este entretenimiento sus temas preferidos. Porque, ¿dónde quedan las pelis porno xxx en todo este asunto? Brillan por su ausencia, ni están, ni se las espera, como diría aquél.

Teniendo en cuenta que la mayoría de las salas de cine para adultos están cerrando en los últimos tiempos en el territorio español, no es nada raro que las peliculas porno no sean algo que se tiene en cuenta a la hora de preparar la cartelera de un cine de verano. La cuestión es si realmente se hace por falta de público al que le interese (lo cual dudo mucho), porque son unas producciones caras a la hora de adquirirlas, o porque hay que mantener la moral del municipio; si fuera por esto último, mucho habría que hablar sobre el progreso y la apertura de mente de los consistorios municipales, así que espero que no haya que tenerlo en cuenta.

Sin embargo, sospecho que este último punto está presente en muchos lugares, aunque no quiero pensar que en todos. La pornografía es algo a lo que todos los adultos hemos accedido en algún que otro momento, y seguro que más de una vez; pero admitirlo, ahh, eso ya es harina de otro costal, nos gusta que los demás piensen que estamos por encima de eso, como si fuera un pecado o un delito. Realmente, un poco de educación sobre el tema no nos vendría mal, ni a los ciudadanos ni a sus dirigentes, que al fin y al cabo también lo son. Ya no se trata de exigir derechos o libertades, sino de aceptar lo que forma parte de nuestras vidas, poniéndolo en su punto justo y en su justa medida; si de verdad lo hiciéramos, descubriríamos que quizá no nos gusta tanto como pensamos y nos atrae precisamente porque parece algo prohibido, o que quizá hay mucho más arte en la pornografía de lo que pensamos. Pero claro, habría que tener una visión imparcial sobre el tema.

Pero lo que tengo muy claro es que, desde luego, público no faltaría a la proyección de una peli porno en un cine de verano. Volviendo al tema de otros post, donde dejo clara mi opinión sobre que hay que atraer a ciudadanos y turistas hacia las bondades de nuestro municipio con cosas que de verdad interesen al personal, no se me ocurre nada más atrayente que esto. Por no hablar, por supuesto, que nos convertiríamos en un pueblo puntero en cuestiones de modernidad, tolerancia y hasta de sexualidad. ¿Cómo no íbamos a ser famosos con tamaña prueba de nuestra apertura de mente? Casi podría decir que seríamos los primeros en hacerlo, o al menos uno de los pocos municipios que lo harían. Y ni hablar del número de personas que arrastraríamos con esta propuesta…